miércoles, 15 de marzo de 2017

DESPERDICIOS PARA UNOS, ARTE PARA OTROS

Ser de una localidad llamada Colinas Santa Barbara es sinónimo de gente luchadora, que trabaja muy bien el campo, que jugo trompo y enchute cuando niño y si hablamos por el lado femenino las mujeres de este sector del país destacan por su particular belleza, fiel reflejo de la herencia que dejaron los conquistadores españoles.
Precisamente de este sitio es Marvin Paz, quien en busca de un mejor futuro emigro a San Pedro Sula en los años de su juventud, dispuesto a trabajar de lo que se presentara.
Eso le funciono mientras era fuerte y joven, pero malas relaciones de amistad lo llevarían al fracaso. Esclavo del vicio del alcohol perdió su trabajo, familia, hogar en resumen lo perdió todo; fue en ese punto, cuando Marvin recordó que el en su infancia tenia habilidad para recoger pedazos de madera sobrantes y unirlos en bonitas estructuras.
Así que dispuesto a revivir ese talento, salió por las calles de San Pedro Sula pidiendo en los talleres de madera y aserraderos lo que ellos llamaban basura, pero que para el significaba una luz al final del túnel.
Iniciar no fue nada fácil, la primera casita de madera le llevo 15 días poderla culminar y eso no significaba que fuese la mejor posible; pero se había marcado un inicio.
En la actualidad Marvin fabrica de tres a cuatro casitas diarias las cuales vende en 300 hasta 600 lempiras según la dificultad que le lleve; con esto el sobrevive y ha comenzado a soñar con estructuras más grandes y porque no según el diseñar las mejores maquetas para los ingenieros de la cuidad.




Al son del formón.

Hermoso paisaje tallado sobre madera por manos hondureñas. (Valle de Ángeles,Honduras)

Heylin: “Sueño con un mundo sin enfermedades”


Contar la historia de Heylin Pacheco es romper con muchos paradigmas, que se nos transmitieron desde nuestra infancia, por ejemplo; una persona contagiada con el virus del VIH, está condenado al sufrimiento y estar postrada en una cama.

Las personas que contraen este virus deben de estar aislados del resto; es una enfermedad de fácil transmisión y quien nace con VIH no tendrá una vida larga.

Por lo tanto, la persona contagiada no puede soñar ni anhelar metas, porque que su tiempo; después de contraer la enfermedad, será para cuidar su salud.

Pero esta joven de 21 años, quien actualmente vive en la Fundación Amor y Vida, es una excepción a esa regla.

Heylin, llego a la fundación, debido a que su familia es de clase social baja y no cuentan con los recursos necesarios para costear los medicamentos que requiere como parte de su cuidado.

Víctima de la discriminación por parte de la sociedad; Pacheco, abandono sus estudios en la secundaria por un par de años, pero luego de un cambio de director en la fundación, a cargo de María Iris Ríos, logró ganar la confianza de Heylin y animarla a continuar su carrera.

Es así como Heylin aumento su autoestima y confianza. También llegó a ella, el deseo de triunfar.  

A pesar de que la vida para Heylin no todos los días son de bienestar y energía, ella ya cursa su último año de colegio y piensa seguir estudiando la licenciatura en periodismo y las recaídas producto de su enfermedad, no son un obstáculo para alcanzar sus sueños.

Además, Heylin destaca en su hogar como encargada de una microempresa de serigrafía, fundada hace un par de años; la cual sirve para que los jóvenes de la fundación puedan aprender mecanismos de trabajo y ser jóvenes emprendedores.

Cada noche, Heylin, antes de dormir piensa en tres deseos que en todo momento cruzan por su mente; primero, que todas las personas de escasos recursos tengan lo necesario para vivir, poder tener a sus padres con vida y que desaparezcan las enfermedades.


Mientras sus deseos se cumplen; Heylin no deja de luchar cada día por ser una gran periodista y sobre todo defensora de todas las víctimas de discriminación.

Hermosos diseños de junco y palma, elaborados por manos santabarbarenses.

Ilama, Santa Barbara, Occidente de Honduras.

Guillermo Erazo "POR UN DIA DE GLORIA"

Hasta este momento, la ciencia sigue realizando investigaciones para comprender la naturaleza de vida de personas que viven con el síndrome de Down.
Un gran caso ejemplar es Guillermo Erazo.
Quien luego de 39 años de dedicación, disciplina, entrega, pero sobre todo pasión por las artes marciales, logro brindar una presea a su natal Honduras.

Según su padre, quien lleva el mismo nombre; un coronel retirado de las fuerzas armadas, con una preparación, en formar deportistas de alto rendimiento, considera que “junior” como él le llama, ha sido un luchador desde su nacimiento.
El combate daría inicio a los días de nacido, cuando un doctor le daba la noticia de que su hijo, padecía el síndrome de Down, y que muy probablemente le restaban solo siete días de vida.

Este momento llevo al coronel a preguntarle a Dios ¿porque?

Aquel diagnostico había sido acertado en la condición de junior, pero falló en la probabilidad de vida.

Su padre junto a su actual esposa (que no es su madre legitima) decidió que junior llevaría una educación en un centro escolar normal, compartiendo con niños en su total capacidad.
Cabe destacar que Junior estuvo en su momento en una escuela para niños con capacidades especiales, pero no brindo el resultado esperado, ya que junior era muy observativo y terminaba imitando la conducta de otros niños con iguales o peores padecimientos.

Guillermo Erazo padre, luego de sus años de preparación enfocados en desarrollar deportistas de alto rendimiento, tomaría el mayor reto de su vida, convertir a su hijo en un atleta profesional de taekwondo.

El inicio no fue nada fácil, a junior le tomaría de tres a cuatro semanas dominar los giros que normalmente un deportista logra realizar bastante bien en dos o tres días, pero la disciplina y paciencia regidos por el amor de su padre tarde o temprano comenzarían a dar sus frutos.

Practicando cada tarde, en el centro de desarrollo de atletas de alto rendimiento que su padre fundo, con altos y bajos, debido a enfermedades, cambios en su estado anímico y un combate interno contra un síndrome al que la sociedad simplemente no cree capaz de muchas funciones en la vida.
Fue así como llegaría el tan esperado momento, con complicaciones como todo deportista con recursos económicos limitados y un escaso o nulo apoyo de parte de los entes gubernamentales con fines deportivos.

A la edad de 39 años junior, luego de una competencia paraolímpica de taekwondo realizada en Querétaro, México; haciendo una puntuación de 8.43,  logró brindar la primera medalla de oro en esa categoría para Honduras.